Las Tecnologías, las Prácticas Sociales y el Trabajo de la Memoria
Por Marcelo Lobosco
Filósofo del Derecho
Especialista en Políticas Educativas en Filosofía
El mundo actual está atravesado por la tecnología, que fragmenta y rompe el mundo de la vida filosófico (mundo cotidiano, mundo de prácticas sociales). Esto trae como consecuencia el cambio climático, la utilización de las redes en lugar de los vínculos, Instagram, TikTok, Facebook.
Es por eso que Yuk Hui, ingeniero y filósofo chino, llama la atención en su libro “La Fragmentación del Futuro” (Editorial Caja Negra, primero traducido en 2016).
Fenómenos como el cambio climático, los lazos sociales, la ausencia de alfabetización simbólica y los vínculos con los migrantes son reemplazados por las redes y la necesidad de una antropología de la tecnología, lo que nosotros llamamos humanizar las prácticas sociales, educativas, económicas, jurídicas, sanitarias. En un mundo lleno de datos, se pierde la democracia como forma de gobierno y la democracia como estilo de vida (como afirma el filósofo Jacques Poulain, París 8) o como afirman los filósofos franceses Patrice Vermeren y Georges Navet: este siglo no está ajeno a la violencia y la democracia se encuentra afectada por la afirmación de sí y la negación del Otro (“Une Mémoire sans Testament: L’après-coup des Dictatures Militaires en Amérique Latine”, L’Harmattan, p. 195).
Esto trae como consecuencia, como afirma Byung-Chul Han, la sustitución de la biopolítica por la psicopolítica.
La biopolítica, como comprensión de la sociedad en términos de cuerpo sobre el que se ejerce un poder-control de cara a su inmunización, aparece con nitidez en el pensamiento de Michel Foucault. Se encuentra muy presente en su pensamiento histórico-social.
En concreto, es posible rastrear esta noción en "Vigilar y Castigar" y algunos escritos menores tomados de una serie de conferencias de 1976 en las que Foucault ya hizo mención al término.
La biopolítica es tratada por Foucault (1976/1978) de una manera breve pero directa en el quinto capítulo de "La Voluntad de Saber", donde desarrolla la tesis de que el poder del soberano de conservar la vida o dar la muerte, propio de la sociedad de la Edad Media, se convierte en una política de la vida del mundo social en el mundo moderno.
La modernidad, especialmente desde el siglo XVIII, vino caracterizada por el afán de productividad y eficiencia.
La noción de biopolítica permitía comprender el poder disciplinario sobre la sociedad civil. Pero aquí nos interesa el “régimen de información de la sociedad digital a través de algoritmos e inteligencia artificial”, como afirma Byung-Chul Han en "Infocracia" (p. 9).
A diferencia del control de la biopolítica (como en Foucault/Agamben, con sus diferencias), en nuestro tiempo histórico-social nos “ametrallan entreteniéndonos” con una multiplicidad de datos a través de una psicopolítica de un panóptico digital. Este régimen de información nos impide un pensamiento reflexivo y crítico, dado que el algoritmo y la inteligencia artificial se presentan ficcionalmente como neutrales.
Esta es una interpelación a recuperar el tiempo propio (Hernández 2013, "Identidad, Repetición y Crimen", p. 1) y a la descolonización que nosotros llamamos digital (Dussel 2018, "El Giro Descolonizador", p. 39), con el objetivo de recuperar perlocucionamente los derechos humanos (Barcesat, 2022).
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