FILOSOFIA PARA LA INNOVACIÓN ARGENTINA
Sentido social, inteligencia emocional y sensibilidad vincular
Teogonia por Nix Ruo
El
rol de la filosofía en las organizaciones públicas y privadas del siglo XXI se
ha tornado más frecuente. Nuestro país no es la excepción. La Argentina
necesita talentos digitales para todos los sectores, pero capaces de adaptarse
a entornos cambiantes y de incertidumbre. Con la mayor irrupción de la
tecnología durante la pandemia del Covid19, el perfil de jóvenes buscados por
las organizaciones cambió. Ya no sólo se requieren especialistas en TIC - tecnologías
de la información y de la comunicación-, sino que ahora también se valoran
conocimientos y habilidades en otras áreas.
Los nativos digitales se moverán
en un mundo laboral que cambia en ciclos cortos de tiempo. Alcanza
solo el conocimiento de la informatica para este cambio. Ese fue uno de los
disparadores del encuentro desarrollado en el marco de las actividades
planificadas para celebrar el 25º
Aniversario de la Asociación Olimpíada Argentina de Filosofía que se están
realizando diferentes eventos – virtuales - en el contexto de la pandemia por
coronavirus.
La importancia creciente
de las habilidades socioemocionales están en el centro de la escena. Así lo han
manifestado los responsables de prestigiosas Asociaciones durante el webinar
denominado “El papel de la filosofía en
la era tecnológica” realizado la semana pasada de manera on line para los
miembros de Vintecar 4.0, el primer Polo Tecnológico
Virtual de la República Argentina.
“El escenario de incertidumbre y cambio constante que se instaló
en las organizaciones revalorizó la flexibilidad y la capacidad de adaptación
como atributos clave del talento”, analizó Guendy Palazzini, Coordinadora del Centro de Vinculación
Tecnológica CEDyAT. En un
contexto donde las empresas se ven obligadas a adaptarse todo el tiempo, por
eso “se buscan candidatos con buen
desarrollo de habilidades blandas que puedan trabajar en entornos cambiantes
sin frustrarse, con creatividad resolviendo planteos nuevos”, señaló.
Cuando se busca
una explicación sobre el aumento de interesados en las olimpiadas de filosofía
aca y en el resto del mundo, el Marcelo
Lobosco expresó "se debe a
la falta de sentido y al avance de la insignificancia. En el mundo actual
afectado por la pandemia del COVID 19. El otro aparece como un enemigo o un
competidor. En los ámbitos de las dirigencias muchas veces se piensa en las
próximas elecciones, no en las próximas generaciones”. Lo dice con mucho
conocimiento de causa porque la Asociación Olimpíada Argentina de
Filososfía que fundó y dirige, festeja con multiples entidades - académicas, económicas, tecnológicas, gremiales, etcetera – sus bodas
de plata como Institución, cuyas actividades se han realizado
inninterrumpidamente en diferentes contextos, y en donde participan un promedio
de 7000 mil jóvenes por año articulado por unos 600 docentes de todo el país. Reconocida
por la Olimpíada
Internacional de Filosofía, que se realiza cada año
con el apoyo de UNESCO, a
través de la Sociedad Internacional
de Profesores de Filosofía.
“Actualemente, en diálogo permanente con empresarios, dirigentes
y organizaciones hemos hablador mucho sobre esta realidad. Porque la formación
filosófica ofrece unas capacidades muy valiosas para las organizaciones
públicas y empresas privadas y, en general, para el desarrollo que viven
actualmente la tecnología, porque ofrece conocimientos concretos sobre lógica,
filosofía de la matemática, teoría del conocimiento, antropología, retórica,
argumentación, redacción, entre otro, así como capacidad de enfrentarse a
problemas y textos complejos”
manifesto Fabián Ruocco, director
ejecutivo de Vintecar 4.0, además “favorece
el razonamiento abstracto, que permite, por una parte, analizar información
compleja que se recibe en un discurso unitario y, por otra, hacer el ejercicio
contrario, integrar en un discurso con sentido una multitud de datos que
recibimos a diario de manera fragmentada, de muy diversas fuentes y ramas del
saber. Fomenta el espíritu
crítico y el hábito de detenerse a pensar por uno mismo con profundidad,
caracterizado por la capacidad de formular las preguntas correctas ante
situaciones nuevas. Esta cambiando la cosmovisión organizacional
transversalmente” indicó el vinculador
tecnológico.
Todas estas
capacidades son valiosísimas para el día a día de las empresas y por eso no es
de extrañar que estas últimas estén incorporando filósofos y otras ciencias
sociales a sus plantillas en la cada vez más
escasa y necesaria capacidad de diálogo, que implica la toma de conciencia por
parte de la persona de ser nada más y nada menos que un punto de vista. Se gana
así apertura a la novedad y a su posterior examen personal.
“Sin embargo, siendo importante el papel que pueden desempeñar
para una organización o empresa en concreto, la filosofía está llamada a
realizar una labor mucho más importante: la reflexión detenida, rigurosa e
integradora sobre las implicaciones para la vida humana de los cambios
científicos y tecnológicos que estamos viviendo. Pues, genera una
sensibilidad ética especial, derivada del conocimiento y la reflexión acerca de
las diversas propuestas éticas que han ofrecido los filósofos a lo largo de la
historia humana” concluyó Lobosco.
Durante toda la
jornada se evidenció que la ciencia y la tecnología avanzan mucho más rápido
que nuestra reflexión sobre sus consecuencias. Qué es lo que nos fuerza a
pensar ? El afuera, la vida diaria, las problemáticas cotidianas, las pasiones
que nos atraviesan y allí es donde aparece nuestra condición humana que nos interpela
con la vinculación tecnológica de estos nuevos tiempos.
(*) Director de Prensa de UVT-CEDyAT. Lic. Comunicación
UNSAM
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