El Derecho a la Filosofía pensar las prácticas sociales.como texto
Congreso. Filosofía e Infancia
El Derecho a la Filosofía
Pensar las prácticas sociales como texto.
por Marcelo Lobosco
en Honor a Enrique Hernández
En el presente trabajo partiremos de la pregunta de Derrida acerca de si existe un derecho a la filosofía. Esta es una a invitación a reconstruir la enseñanza fosilizada de la filosofía y traducirla en una experiencia significativa páralos niños y adolescentes en el el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Partimos del supuesto de que la acción de enseñar y aprender (como toda acción humana) está mediada simbólicamente, y que dice algo, significa algo. La conducta de un niño, de un adolescente , de estudiante,con sus actitudes, con sus caras, lo que escribe en los graffiti ( como afírmale filosofa Gabriela Berti en Filosofía Hip- Hop en Barcelona) con sus conductas significan algo y hay que interpretarlo, es decir, configuran un texto. A no ser que enseñemos historia de la Filosofía, sin partir de un problema, de una perplejidad y no pongamos en conceptos los que sucede en una época.
Esto es lo que hicieron, desde nuestro punto de vista o. Una Filosofía que pone una época en conceptos.
El derecho a la filosofía, tal como fue enunciado por Derrida en su conferencia en Unesco, lo interpretamos como el derecho a pensar juntos: el Bicentenario en Argentina fue, no solo un hecho histórico, sino un acontecimiento que nos mueve a pensar. Pensar no es solo la práctica de una minoría ilustrada, sino una práctica de y para una comunidad que quiere recuperar sus núcleos ético-míticos de su cultura, al decir de Ricoeur .2000.
Se puede recuperar su historia a partir del pensamiento como intervención. Pensar es también un derecho de unos sujetos para devenir tales, superando una historia llena de fracturas y fragmentos, como la nuestra, como afirmaba el Maestro Gregorio Weinberg (1995).
Relacionamos este derecho a pensar con lo que Derrida (llama un derecho a la filosofía:cómo instituir una práctica teórica en común para pensar un acontecimiento.
Pero lo entendemos, a su vez, como un derecho a pensar en común: es el derecho a la filosofía de una comunidad, con sus fracturas, sus rupturas, su falta de memoria o sus abusos del olvido, para que nos recuperemos a nosotros mismos y no festejemos, como pura exterioridad, dicho hegelianamente.
Es decir, debemos deconstruir los presupuestos de nuestros niños alumnos, instituir prácticas, como afirma el filósofo y psicoanalista Castoriadis (1993), que generen una prácticateórica que dé lugar a una enseñanza y aprendizaje que luego, mediatamente, se transformen en un mundo históricosocial más humano, donde haya alteridad-alteración, y no repetición de lo mismo.
Siguiendo con los niveles donde podemos encontrar preconceptos filosóficos, podemos mencionar con el filósofo latinoamericano Enrique Dussel (1993) que toda filosofía surge al interior de un horizonte pre-filosófico o pre-científico, que se encuentra en el mundo de la vida, lebenswelt, o mundo cotidiano.Desde el dolor de los vulnerables.(1)
Esta noción del mundo de la vida, el lebenswelt, que tomamos del segundo Husserl posee las estructuras éticas, políticas, antropológicas, estéticas, metafísicas y las representaciones sociales pre-conceptuales aún no tematizadas filosóficamente.
Estas estructuras intencionales, sea bajo la forma de ritos, sea bajo la forma de leyendas o de mitos, son el objeto de estudio de Paul Ricoeur, quien las denomina núcleos ético-míticos (ibídem).
Frente a la cotidianeidad de una formación histórico-social en una cultura dada, estos núcleos son los modos de ser traducidos en acciones éticas, prácticas sociales y jurídico-políticas, representaciones de sí-mismo y de los otros.
El Derecho a la Filosofía
Pensar las prácticas sociales como texto.
por Marcelo Lobosco
en Honor a Enrique Hernández
En el presente trabajo partiremos de la pregunta de Derrida acerca de si existe un derecho a la filosofía. Esta es una a invitación a reconstruir la enseñanza fosilizada de la filosofía y traducirla en una experiencia significativa páralos niños y adolescentes en el el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Partimos del supuesto de que la acción de enseñar y aprender (como toda acción humana) está mediada simbólicamente, y que dice algo, significa algo. La conducta de un niño, de un adolescente , de estudiante,con sus actitudes, con sus caras, lo que escribe en los graffiti ( como afírmale filosofa Gabriela Berti en Filosofía Hip- Hop en Barcelona) con sus conductas significan algo y hay que interpretarlo, es decir, configuran un texto. A no ser que enseñemos historia de la Filosofía, sin partir de un problema, de una perplejidad y no pongamos en conceptos los que sucede en una época.
Esto es lo que hicieron, desde nuestro punto de vista o. Una Filosofía que pone una época en conceptos.
El derecho a la filosofía, tal como fue enunciado por Derrida en su conferencia en Unesco, lo interpretamos como el derecho a pensar juntos: el Bicentenario en Argentina fue, no solo un hecho histórico, sino un acontecimiento que nos mueve a pensar. Pensar no es solo la práctica de una minoría ilustrada, sino una práctica de y para una comunidad que quiere recuperar sus núcleos ético-míticos de su cultura, al decir de Ricoeur .2000.
Se puede recuperar su historia a partir del pensamiento como intervención. Pensar es también un derecho de unos sujetos para devenir tales, superando una historia llena de fracturas y fragmentos, como la nuestra, como afirmaba el Maestro Gregorio Weinberg (1995).
Relacionamos este derecho a pensar con lo que Derrida (llama un derecho a la filosofía:cómo instituir una práctica teórica en común para pensar un acontecimiento.
Pero lo entendemos, a su vez, como un derecho a pensar en común: es el derecho a la filosofía de una comunidad, con sus fracturas, sus rupturas, su falta de memoria o sus abusos del olvido, para que nos recuperemos a nosotros mismos y no festejemos, como pura exterioridad, dicho hegelianamente.
Es decir, debemos deconstruir los presupuestos de nuestros niños alumnos, instituir prácticas, como afirma el filósofo y psicoanalista Castoriadis (1993), que generen una prácticateórica que dé lugar a una enseñanza y aprendizaje que luego, mediatamente, se transformen en un mundo históricosocial más humano, donde haya alteridad-alteración, y no repetición de lo mismo.
Siguiendo con los niveles donde podemos encontrar preconceptos filosóficos, podemos mencionar con el filósofo latinoamericano Enrique Dussel (1993) que toda filosofía surge al interior de un horizonte pre-filosófico o pre-científico, que se encuentra en el mundo de la vida, lebenswelt, o mundo cotidiano.Desde el dolor de los vulnerables.(1)
Esta noción del mundo de la vida, el lebenswelt, que tomamos del segundo Husserl posee las estructuras éticas, políticas, antropológicas, estéticas, metafísicas y las representaciones sociales pre-conceptuales aún no tematizadas filosóficamente.
Estas estructuras intencionales, sea bajo la forma de ritos, sea bajo la forma de leyendas o de mitos, son el objeto de estudio de Paul Ricoeur, quien las denomina núcleos ético-míticos (ibídem).
Frente a la cotidianeidad de una formación histórico-social en una cultura dada, estos núcleos son los modos de ser traducidos en acciones éticas, prácticas sociales y jurídico-políticas, representaciones de sí-mismo y de los otros.
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