Sujeto, enlace y diversidad en el cristianismo del siglo XXI. Claudia Abalos Marcelo Lobosco
Sujeto,
enlace y diversidad en el cristianismo
del siglo XXI.
Claudia Abalos
Marcelo Lobosco
Resumen
De lo
que se trata en las presentes líneas es dar cuenta de cómo en los procesos de
subjetivación se puede recuperar el lazo social con el otro y una
individualidad entendida como identidad no
sustancial, en la diversidad en una sociedad compleja y paradojal. Cuáles serían
las condiciones de posibilidad donde cada uno se pueda hacer cargo de su
mismidad y de la diferencia, donde el otro no sea un enemigo o competidor como
instaló en el sentido común el neoliberalismo o capitalismo financiero.
Palabras claves:
-Identidad
no sustancial, lazo social, acontecimiento subjetivo, civilización del
Amor, kerigma, diversidad.
Abstract:
What is in these lines is to account for how the
processes of subjectivation can recover
the social bond with the other and individuality understood as no substantial
identity, in the diversity in a complex and paradoxical society. What would be
the conditions of possibility where everyone can take over of their selfness
and of the difference, where the other is not an enemy or competitor as
installed in the common sense the neoliberalism or finance capitalism?
Key
words:
- No
substantial identity, social bond, subjective event, civilization of love, kḗrygma, diversity.
De lo
que se trata en las presentes líneas es dar cuenta de cómo en los procesos de
subjetivación se puede recuperar el lazo social con el otro y una
individualidad entendida como identidad no
sustancial, en la diversidad en una sociedad compleja y paradojal. Cuáles serían
las condiciones de posibilidad donde cada uno se pueda hacer cargo de su
mismidad y de la diferencia, donde el otro no sea un enemigo o competidor como
instaló en el sentido común el neoliberalismo.
Antes
de reflexionar sobre el status teórico del presente y su relación con la
problemática del sujeto identitario, queremos a modo descriptivo delinear el perfil
de esta época plasmada de contradicciones y paradojas, que la hacen muy difícil
de estudiar intentando hacer una síntesis dado que los conceptos son los emergentes de un mundo
histórico social.
El
presente histórico desde donde se inscriben las páginas siguientes está
atravesado por lo que algunos autores llaman modernidad tardía o pos
modernidad en grandes centros
urbanos definición que no siempre
coincide a para designar a las pequeñas
ciudades y/o espacios rurales. Diferentes acontecimientos históricos a fines de siglo XX y comienzos
del siglo XXI marcaron en el plano
conceptual la ruptura de la totalización del mismo, la fragmentación del
sujeto, el sentido progresivo de la
historia.
Algunos
de estos acontecimientos son, la caída
del muro de Berlín, la ruptura de Yugoslavia, el derrumbamiento de la Unión
Soviética, la mega absorción de las PYMES nacionales a través de las empresas
trasnacionales, el proceso económico neoliberal de America Latina. Estos
desarrollos históricos trajeron como consecuencia la ruptura del sujeto como
totalidad y la aparición de las diferencias y de la diversidad tanto conceptual
como histórico social.
En
cuanto a este proceso la ruptura de la idea de progreso, el llamado “fin de las
ideologías”, trajo aparejado en el campo de la filosofía y de las ciencias
sociales el debilitamiento sobre la discusión acerca de la ideología. Discusión que había sido tan fructífera en el
campo de las ciencias humanas, en las décadas del '60 y del '70. A partir de
los años 80 se dio, como mencionamos anteriormente, el descentramiento del sujeto, una ruptura de
la totalización del concepto y de la historia, ya que el concepto no totaliza la experiencia humana. Hay fracturas, y
segmentaciones, aparece la diversidad entendida como diferencia.
Es
decir vivimos en un mundo frágil en el sentido vincular, cuya tradición
cultural ha perdido su patrimonio. Esto
exige una interpretación en bastos campos disciplinares y ha dado lugar en el
campo teórico a un giro hermenéutico. Los hechos no son tal como se afirman,
requieren una interpretación que esta preñada de la tradición a la cual se pertenece, del contexto en el cual nos encontramos, es
decir no hay una esencialidad del sujeto, pues para decirlo en términos
fenomenológicos-hermenéuticos de Ricoeur, hay una ontología rota.
No hay que guiarse por una lógica identitaria sustancial,
pues la identidad es tarea y no esta
configurada totalmente. Es decir hay una desustancialización de la identidad, no sustancial que esta
atraviesa por el tiempo e interpelada por el otro.
Esta
identidad que se constituye en el encuentro con el otro, dará lugar al lazo
social. Para reflexionar sobre el lazo
social es necesario remitirnos a la fundación del psiquismo y la constitución
de la trama vincular.
La fundación
del psiquismo supone una operación básica que denominamos encuentro
inicial donde intervienen dos cuerpos
cargados de necesidad y afecto que se van entramando y dan el puntapié inicial
en la construcción de la vincularidad. El encuentro con el otro en principio
madre-padre que luego va a ser generador de diversos lazos.
El infans se va
configurando mirándose en el espejo de su familia y también de todas las
personas que circulan en el entramado. A través de las voces, los relatos, el
contacto físico, lo no que se le dice, lo que no se le da o se le oculta, se va
configurando. La persona desde que nace está arrojada en una trama vincular
constituida por diferentes hilados:
vínculo materno-paterno, vínculo con la
familia extendida (abuelos-primos), ubicación generacional (ser nieto de... primer sobrino de parte de...), el estrato
social al que el niño pertenece, la cultura de la época en la que participa. La
familia, los padres hacen un recorte cultural y se lo ofertan al niño como
propuesta "fundamental". A través de esta trama generacional se
trasmiten afectos, saberes, valores, creencias. La red vincular es la vía regia
de transmisión y actúa como sostén - contención, no sólo lo vincula al niño con
la cultura y con la sociedad sino que va
constituyendo su identidad a través de la
interpelación del otro.
Por lo dicho
anteriormente es necesario conocer el entorno social y la cultura en la que
estamos inmersos porque forma parte de nuestra identidad y cotideaneidad.
Cultura que nos va tallando y constituyendo. Desde esta perspectiva pensamos al
sujeto en apertura y construcción permanente.
Entendemos
por lazo social, aquel enlace que se funda en un encuentro significativo, lo
que provoca un acontecimiento subjetivo
que produce a una huella o marca. El encuentro es la base de la vincularidad y
por lo tanto del lazo. Hablar de vínculo no es sinónimo de contactos
multipersonales como ocurre en el caso
de las redes sociales o en los no
lugares al decir de Marc Augé. La
especificidad del lazo social desde el punto de vista de la vincularidad esta
intrínsecamente relacionada con la construcción del lazo fraterno que en la
configuración familiar es el grupo de hermanos. En la fratría se movilizan dos
sensaciones básicas la de cooperación y la de la competencia, mi hermano es un
rival o mi hermano es una aliado en a construcción conjunta de la nueva
generación que nos convoca. El pasaje de la competencia destructiva a la cooperación solidaria esta en la base de
la alianza fraterna que dará lugar al compartir y la unidad en la diversidad en
la vida social y en la vida comunitaria. Lazo y pasaje que deberíamos reparar,
volver a ligar en la construcción de la unidad que no es unicidad e
indiferenciación.
La
conformación del lazo social es soporte o puntal de una doble constitución en
simultaneo por un lado es constitutivo
de la vincularidad, de la relación del sí-mismo con la alteridad, que va
instituyendo comunidades, grupos y
organizaciones y por otro el lazo constituye y apuntala la estructura social generando una realidad
histórico social que es alteridad (génesis de lo nuevo) y alteración
(modificación de lo viejo)
Cuando
hacemos referencia al advenimiento de lo nuevo, a la búsqueda de una simbólica
común nos referimos no solo a las relaciones interpersonales sino a la
transformación social que implica la mirada sobre las estructuras sociales. Nos
preguntamos, cómo lograr una traducción de la experiencia del otro que sea
condición de posibilidad, de compartir, de un nosotros y no un nos-otros, propio de un pensamiento,
individualista y hedonista que no tiene mediaciones vinculares, comunitarias,
simbólicas a los afectos de procesar y construir la historia individual y
colectiva.
Cómo
hacer posible una nueva identidad de las comunidades cristianas para que sean
centro del advenir de lo nuevo. Como cristianos pensamos que la
alteridad- alteración es posibilidad de la irrupción del Espíritu Santo en
nuestras vidas, en nuestras vivencias que nos enlacen en un nosotros no
excluyente. En nuestro diálogo nos convocan diferentes conceptos a la hora de
reflexionar sobre la incisiva pregunta de la Dr. Marina Gómez Prieto: ¿Qué
creen ustedes que sucede más allá de las identidades, cuál es el suceso?
Puntualizando nuestra reflexión nos encontramos frente a diferentes intuiciones
y conceptos cuando pensamos que acontece más allá de las identidades
individuales:
-
Constitución de la subjetividad y los procesos de subjetivación
-
Recuperación de lo vincular y por lo tanto del lazo social
- El
surgimiento de la diversidad y la búsqueda de la unidad de las diferencias.
Observamos
que estos tres enunciados tienen implicancias tanto filosóficas, psicológicas
como teológicas-pastorales, una nueva antropología esta adviniendo.
El
cristianismo tiene algo que decir, en este momento histórico –social y re-instituir nuevas practicas al modo de las
antiguas comunidades de base , con el lazo vivificante de la
zarza ardiente de Moisés y el
Pentecostés de los Hechos de los apóstoles con el advenimiento del Espíritu Santo. Estos dos acontecimientos
manifiestan que es el hombre, no
necesariamente el sujeto cristiano.
El cristianismo
tiene que interpelar en las prácticas sociales del hombre actual, con relación
a la recuperación del lazo social, a la aceptación de la alteridad y la no
tolerancia de la polifonía de las diferencias étnicas, religiosas, económicas,
políticas. Para esto es necesario comprender las complejidades de las
relaciones sociales en la actualidad:
-
Sostener una ética de la convivencia
humana
- La
interconexión de un mundo complejo y
paradojal
- El
pluralismo como advenimiento de las diferencias
Esta
ética que nos plantemos tiene que
ver con el sentido y la textualidad que
cada uno le da a la vida en sus acciones
cotidianas y para los cristianos con los valores evangélicos de la Buena nueva
de Jesús.
- La
globalización, la interconexión del mundo en tramas y redes más allá de los
aspectos económicos tiene que ver con las relaciones humanas. En nuestra quehacer estamos interrelacionados, cuando accionamos
sobre un vínculo todo el campo social adquiere movimiento.
- Otro
desafío es el que plantea la vida actual
es el pluralismo en cuanto a su comprensión, a su gestión y a sus practicas
sociales en todos los ámbitos: el
del pensamiento y el de la praxis, el
de la moral y de la fe.
Para
los cristianos hoy, no hay una lógica de la mismidad sino de la diversidad que se genera a través del Espíritu Santo, dando lugar a una
común unidad en la diversidad. Muy
parecido desde otra óptica afirmaba Castoriadis .En Pentecostés no hay
una hegemonía de lo uno como se expresa
en el pasaje evangélico, podemos contraponer esta escena de los hechos de los
apóstoles a la imagen de la torre de
Babel donde no hay una diversidad de lo uno sino una ruptura de la simbólica
comunitaria.
En
Pentecostés hay una comunidad que interpreta la diversidad a partir de la
efusión del Espíritu Santo dando lugar a las diferencias, pues se trata de la unidad de las diferencias.
Nuestra
tarea desde el punto de vista conceptual y de las practicas sociales
-evangélicas en el plano tanto
individual como comunitario es recuperar al otro para gestar una simbólica de
lo común, del evangelio donde el otro no es un objeto ni un mero dato estadístico de la razón.
Trabajar por una simbólica común implica un vínculo, un lazo social y un kerigma
donde el eje central es la unidad en la diversidad.
Esto
dará lugar a una transformación social, a la civilización del amor que se construye en
la comprensión, la gestión del pluralismo y las aceptación de las diferencias
en todos lo ámbitos.
Bibliografía
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Aires: Homo sapiens.
Artículo publicado por Claudia Abalos y Marcelo Lobosco en un Congreso realizado por Aiemper Italia en Asís -Italia “Sujeto enlace y Diversidad en los comienzos del Siglo XXI “
ResponderEliminarArtículo publicado por Claudia Abalos y Marcelo Lobosco en un Congreso realizado por Aiemper Italia en Asís -Italia “Sujeto enlace y Diversidad en los comienzos del Siglo XXI “
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